Habiendo conocido su amor, el corazón del creyente siempre estará inquieto hasta que vea la gloria de Cristo. El punto culminante de todas las peticiones que Cristo hace a favor de sus discípulos (en Juan capítulo 17) es que vean su gloria. Entonces yo afirmo que uno de los beneficios más grandes para el creyente, en este mundo y en el venidero, es la consideración de la gloria de Cristo…

Una meditación habitual en la gloria de Cristo, traerá descanso y satisfacción a nuestras almas. Traerá paz a nuestras mentes, que tan frecuentemente se llenan de temor y de preocupaciones…

Cristo mora en ellos por la fe, pero los creyentes experimentan el poder de su presencia solamente cuando sus pensamientos están llenos de El. Por lo tanto, si queremos ver la gloria de Cristo debemos llenarnos de pensamientos de El y de su gloria en todo tiempo…

Si quisiéramos tener una fe más activa y un amor más grande por Cristo (lo cual daría descanso y satisfacción a nuestras almas), deberíamos buscar el tener un deseo más grande por ver la gloria de Cristo en esta vida…

Un entendimiento por la fe de esta gloria de Cristo acabará con todos los temores y quitará todas las dudas de las pobres almas tentadas. Tal conocimiento será un ancla para mantenerles firmes en todas las tormentas y pruebas de esta vida y en la hora de la muerte…

 

Las citas vienen de John Owen en su libro La Gloria de Cristo (siglo 17)